Desigualdad, informalidad y crecimiento: los desafíos que Colombia debe enfrentar según la OCDE

En el más reciente estudio, el ente internacional entrego conclusiones relevantes y realizó, además, recomendaciones sobre el futuro de Colombia.

Por: Juan Camilo Paiba

A pesar de haber mostrado una fuerte recuperación tras la pandemia, la economía colombiana se ha desacelerado. El país enfrenta retos fiscales y de inversión, al tiempo que lidia con las desigualdades regionales y baja formalidad laboral.

Después de un repunte económico posterior al 2020, Colombia pasa por una desaceleración económica. La inversión, que es esencial para el desarrollo sigue siendo baja, lo que ha frenado el crecimiento del país. Para 2024, se espera que este sea moderado, del 1.8 %, que podría aumentar al 2.8 % en 2025.

Ministerio de Hacienda. La deuda pública de Colombia es del 57 % del PIB en 2023, un descenso desde el 65 % durante la pandemia // Foro: Min Hacienda.

Uno de los principales retos que enfrenta Colombia es la sostenibilidad de su deuda. Aunque el gobierno ha logrado reducir la pública, el aumento de los costos para financiarla tras perder el grado de inversión en 2021 ha generado preocupación. La OCDE recomienda mantener una política fiscal cuidadosa, eliminando gradualmente subsidios innecesarios y dirigiendo mejor el gasto público para evitar desequilibrios futuros.

En un entorno más cercano, para la localidad de Suba en Bogotá, esto cobra relevancia ya que las decisiones fiscales del gobierno afectan directamente los recursos destinados a mejorar los servicios y la infraestructura local. Si el país logra equilibrar mejor sus finanzas, podrían aumentar las inversiones en sectores como la educación, el transporte y la seguridad, que impactan de manera directa la calidad de vida de la población.

Actualmente Suba está experimentando una transformación significativa, según datos de la Alcaldía Distrital, son 34 megaproyectos en ejecución. La inversión total en 2022 ascendió a 1,8 billones de pesos, lo que representó el 9,2% de los recursos totales del distrito.

Por otro lado, el Plan de Desarrollo Local (PDL) 2025-2028 aprobado, cuenta con un presupuesto histórico de 596 mil millones de pesos y más del 53% está destinado a inversión social.

En términos de impuestos nacionales, el informe destaca la necesidad de una reforma integral. A pesar de haber implementado más de 20 reformas tributarias en los últimos 20 años, los ingresos fiscales siguen siendo insuficientes para cubrir las necesidades del país. La OCDE sugiere que Colombia debería redistribuir la carga fiscal de las empresas hacia los individuos y simplificar el sistema tributario para hacerlo más justo y eficiente.

En el sector empleo, el informe destaca que más del 56 % de los trabajadores en Colombia son informales, lo que significa que no cuentan con acceso a seguridad social ni beneficios laborales. A pesar de que el mercado laboral ha sido resiliente, con una sólida creación de ofertas, la informalidad sigue siendo un gran desafío para la productividad del país. Al respecto, La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico. sugiere que Colombia debe implementar estrategias para formalizar más empleos, lo que no solo mejoraría la calidad de vida de los trabajadores, sino que también aumentaría los ingresos fiscales y ayudaría a reducir las desigualdades sociales.

Para los habitantes de Suba, reducir la informalidad laboral es clave. Si bien las cifras del Observatorio de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Bogotá señalan que Suba tiene una de las tasas de ocupación más altas de la ciudad, con un 64% de la población en edad de trabajar empleada formalmente, el 48% de la población total trabaja de manera informal, según cifras del DANE.

Por último, el estudio resalta que Colombia tiene la oportunidad de liderar la transición hacia una economía verde. El país se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, pero para lograrlo se necesitarán mayores inversiones en energías renovables y más esfuerzos para reducir la deforestación.

Aunque el camino no es fácil, la OCDE confía en que, con las reformas adecuadas, la nación puede avanzar hacia un futuro más sostenible y equitativo, que aportara a mejorar la calidad de vida de toda la población.

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