El pasado sábado 24 de mayo, Suba vibró al ritmo del arte con el cierre de la sexta edición del Festival Suba Vive la Danza. Más de 360 artistas, desde niños hasta adultos mayores, se reunieron en la plazoleta del Centro Comercial Centro Suba para compartir su pasión por el baile.
Por: Mariana Duque
El evento reunió a más de 360 artistas de diversas edades y estilos, consolidándose como una verdadera fiesta del arte y la cultura. Se presentaron una variedad de géneros que incluyen; danza folclórica, contemporánea, ballet, bachata, salsa, entre otras.
Con esta edición, el festival reafirma su compromiso con la promoción del talento como herramienta de transformación social y construcción de comunidad.
Por lo anterior, El alcalde local de Suba, César Salamanca, destacó la importancia del festival como un espacio para compartir experiencias y fortalecer los lazos entre las diferentes comunidades de Bogotá.
La danza como vínculo entre cuerpos, historias y culturas.

El festival tiene como objetivo promover la diversidad cultural y artística de Suba, brindando un espacio para que, incluso, agrupaciones de danza de otras localidades compartan sus expresiones artísticas, y fomenten así la integración comunitaria y el fortalecimiento de la identidad local.
El encuentro se ha consolidado como un espacio cultural significativo. Su primera edición se llevó a cabo en el año 2017, contando con la participación de 21 agrupaciones, presentando estilos como ballet, danza folclórica internacional, contemporánea y break dance.
Desde esa fecha ha crecido en número de participantes y diversidad de expresiones folclóricas, incluyendo talleres y conversatorios para aportar al aprendizaje y la integración comunitaria. Esta sexta edición dio apertura el día 12 de mayo en el Colegio Van Leeuwenhoek Parque bolsillo, sector San Pedro de Tibabuyes. También tuvo presentaciones en los Colegios República Dominicana Sede A y Gonzalo Arango Sede A y en el Centro Comercial Porto Alegre.
A su vez, el 17 de mayo en la Biblioteca Julio Mario Santodomingo se desarrolló el conversatorio: Rol del danzante en Suba y sus desafíos, donde los expertos; Diego Fetecua, Ruben Garzon y Marcela Pardo, abordaron los retos de la danza y sus intérpretes en el contexto contemporáneo local. La charla fue moderada por el reconocido poeta Manuel Pachon.
“La danza es parte vital del ser humano”: Marcela Pardo.

Marcela Pardo Barrios es una destacada gestora cultural, con una sólida trayectoria en la promoción del talento en la localidad de Suba. Su compromiso con el desarrollo cultural de la comunidad la ha llevado a liderar y participar activamente en diversos eventos y proyectos relacionados con la danza.
Es por ello que, en Suba Vive la Danza, Pardo ha desempeñado un papel fundamental. Su dirección y experiencia han sido clave en la organización y ejecución de las diferentes ediciones del festival, contribuyendo a su consolidación como un espacio significativo para la expresión artística y el fortalecimiento del tejido social en Suba.
“La danza es parte vital del ser humano, la danza nos hace sensibles, seres conscientes y pensantes que pueden transformar el mundo. El festival ayuda al tejido social” afirma aclarando cómo este evento es mucho más que una muestra organizada; es una manera de formar lazos entre comunidades.
Una celebración que deja huella.

Entre los bailarines se encuentra María Garzón, integrante del grupo de adulto mayor, quien cuenta con una trayectoria de más de 20 años dedicados a la danza. María no solo baila con el cuerpo, sino también con el alma, usando sus expresiones como herramienta transformadora. “El festival forma parte de mi vida, el baile es la conexión entre culturas a través de sus diferentes ritmos” menciona destacando su pasión por el baile.
Junto a ella también se encuentra Ingrid Díaz, del colectivo AYUNI, quien encuentra en estos espacios una forma de enseñanza.
Ambas mujeres son ejemplo de las potencialidades de su cuerpo, donde la experiencia de vida se mezcla con la expresión dancística para tejer memorias, construir vínculos familiares y fortalecer la identidad colectiva. Su presencia en el festival es testimonio vivo de que la cultura no tiene edad, y que el arte puede florecer con más fuerza con el paso de los años.
Los planes para el festival es seguir creciendo y poder aumentar su legado, planeando desde ya su séptima edición, que con seguridad reunirá los mejores talentos de Suba.
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