Antes gritaban, hoy escuchan. ¿Cómo ha cambiado ser mamá? Ser mamá no ha sido igual en cada generación. Las de antes imponían respeto con la mirada; las de ahora, con escucha y contención. Faldas en movimiento hizo un viaje entre frases icónicas, retos invisibles y realidades que merecen ser contadas. Mayo es el mes de ellas, y aquí empieza nuestro homenaje.
Por: Carolina Zabala
Frases de antes que aún resuenan
Las madres de antes tenían un repertorio de frases que marcaron generaciones. Algunas sonaban como órdenes militares:
- “Llora, que ya verás por qué”
- “Cuando tengas tus hijos, me vas a entender”
- “La letra con sangre entra”
- “Porque yo lo digo y punto”
Estas expresiones eran parte de un estilo de crianza que no dejaba espacio para preguntas ni emociones. La autoridad era incuestionable y el respeto, muchas veces, se imponía a golpes. La chancla, el cable o la correa eran extensiones del lenguaje disciplinario.
Limitaciones de ser mamá en otros tiempos

Las madres del pasado eran casi exclusivamente amas de casa. Se esperaba de ellas que criaran, cocinaran, y formaran “hombres de bien”, todo sin quejarse. Las oportunidades para estudiar, trabajar o decidir sobre su vida personal eran escasas, muchas veces anuladas por mandatos culturales. Además, sufrían en silencio: relaciones abusivas, sobrecarga de trabajo no remunerado y falta de reconocimiento eran parte del día a día.
Frases modernas para criar con amor

Hoy las madres optan por la comunicación antes que la imposición. Las frases típicas de las nuevas generaciones de madres invitan al diálogo:
- “Confía en tu criterio”
- “¿Qué piensas tú?”
- “Aprender debe ser un proceso amoroso”
Se trata de una maternidad consciente, donde se validan las emociones y se construyen límites con respeto. No se trata de ceder en todo, sino de equilibrar la firmeza con el afecto.
Desafíos modernos

Ser madre hoy implica más roles y más presión. Aunque muchas trabajan fuera de casa, el 80% sigue siendo la principal cuidadora. Además de cumplir en el trabajo, se espera que sean impecables en casa, presentes emocionalmente y que se vean bien.
Y si se permiten un respiro, tomar una cerveza, una cita, un momento a solas, aún hay quienes las tildan de ser «malas madres». En este contexto, la conciliación familiar y el autocuidado son actos de resistencia.
Mayo es de las mamás

Este fue solo el inicio. Todo el mes de mayo, en Faldas en Movimiento, hablaremos de ellas: de las madres que fuimos, somos y queremos ser. Conoceremos historias reales, consejos útiles e invitadas especiales.
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